​Con el objetivo de promover conductas y una cultura de igualdad y equidad de oportunidades, por cierto, de no discriminación a las personas con discapacidad, el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis) capacitó a funcionarias y funcionarios de la Secretaría Regional Ministerial de Desarrollo Social y Familia, particularmente, respecto a la accesibilidad universal.

​La jornada desarrollada en el Salón Winston Cabello Bravo de la Secretaría Regional Ministerial comenzó con el despliegue de las y los funcionarios, quienes se vendaron los ojos para vivir la experiencia de la discapacidad visual. Mas tarde se realizó un análisis de dicha experiencia.

​Posteriormente, las y los funcionarios del Senadis expusieron el contexto histórico -previo y posterior a la publicación- de la Ley N°20.422 (que establece Normas sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad). Bajo ese marco y de manera lúdica también se realizaron recomendaciones para el uso del lenguaje en discapacidad; así como también, una breve descripción respecto a cómo obtener la credencial de discapacidad, junto a los beneficios que suscribe dicho documento, por nombrar algunos ejemplos.

​La Seremi de Desarrollo Social y Familia, Verónica Rivera Reynoso, argumentó que, “nuestro Presidente Gabriel Boric y nuestra ministra Javiera Toro nos han mandatado a trabajar de manera coordinada.

​agregó la Seremi de Desarrollo Social.

​Por su parte, la directora regional del SENADIS, Gabriela Villanueva Fuentealba, enfatizó que, “esta iniciativa es una estrategia del servicio que se aborda con las instituciones, tanto públicas o privadas.

​Así mismo, en este marco del lenguaje en discapacidad se recomienda que, lo correcto, es decir: “persona autista”; “persona dentro del espectro autista”; “persona neurodivergente” o “persona con trastorno del espectro autista”. Lo incorrecto en este caso, es decir: “el autista”; “el TEA”

​Para concluir, la directora del SENADIS explicó que, “debemos entender, más bien, que la discapacidad no centra su análisis en la condición de salud de la persona, como único elemento constitutivo de ésta, sino que nos llama a entender la discapacidad como el resultado de la interacción de esa deficiencia con elementos contextuales, como barreras del entorno, actitudinales y restricciones a la participación en la sociedad. Lo anterior implica que en este nuevo modelo es la sociedad la que debe hacer las adecuaciones o ajustes razonables, eliminando así las barreras y evitando esas restricciones que impiden a las personas con discapacidad estar en igualdad de condiciones”.