Durante décadas, los pasos fronterizos han sido mucho más que simples puntos de tránsito. Representan puentes hacia nuevas oportunidades, lazos de cooperación internacional y motores esenciales para el desarrollo económico y social de nuestras comunidades. En Atacama, el Paso San Francisco y el Paso Pircas Negras son ejemplos claros de este potencial, conectando nuestra región con Argentina y facilitando el comercio, el turismo y la integración binacional. Entendiendo esta relevancia, el pasado 20 de enero comenzó la puesta en marcha de la apertura del Paso San Francisco cinco días a la semana, de lunes a viernes. Este esfuerzo no solo responde a las necesidades del sector productivo y turístico, sino que marca un avance concreto en nuestro compromiso por fortalecer la conectividad internacional de Atacama. Nuestro objetivo es claro: fortalecer la gestión de los pasos fronterizos de la región de Atacama. Esto permitirá que las empresas exportadoras, los transportistas y los viajeros puedan planificar con mayor certeza sus actividades, impulsando así el crecimiento económico y el intercambio cultural. Una apertura permanente del paso implica un impulso significativo para las economías locales, generando empleo y oportunidades en sectores como el transporte, el hotelería y el comercio. Los pasos fronterizos no son solo corredores físicos; son símbolos de integración y desarrollo. Al facilitar el intercambio de bienes y servicios, se fomenta la competitividad de nuestras empresas, permitiendo que Atacama no solo sea un punto de tránsito, sino también un centro estratégico de distribución y exportación. En este sentido, el Paso San Francisco tiene el potencial de convertirse en una de las principales vías de conexión con el Corredor Bioceánico, abriendo la puerta a los mercados del Atlántico y Pacífico, y fortaleciendo el rol de nuestra región en el comercio internacional. Además, la apertura sostenida del paso tiene un impacto directo en el sector turístico. Atacama cuenta con paisajes únicos, como el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, la Laguna Verde y la majestuosa Cordillera de Los Andes. Facilitar el acceso a turistas argentinos y de otras nacionalidades contribuirá al desarrollo del turismo de montaña y aventura, sectores con un enorme potencial de crecimiento. La colaboración con nuestros vecinos argentinos es clave en este proceso. La coordinación y el trabajo conjunto permitirán establecer protocolos eficientes de tránsito y seguridad, optimizando el flujo de personas y mercancías. La cooperación binacional fortalece no solo las relaciones comerciales, sino también los lazos culturales y sociales entre nuestras comunidades. Por otro lado, la apertura del Paso San Francisco no está exenta de desafíos. Las condiciones climáticas extremas, propias de la alta montaña, demandan inversiones constantes en infraestructura y mantenimiento. La seguridad vial, la habilitación de servicios y el desarrollo de puntos de apoyo a lo largo del trayecto son fundamentales para garantizar una experiencia segura y eficiente para todos los usuarios. El Gobierno de Chile está comprometido con estas tareas, y como Delegado Presidencial de Atacama, asumo la responsabilidad de liderar este proceso, asegurando que cada paso dado esté orientado al beneficio de nuestra región y sus habitantes. La apertura continua del paso es parte de una visión estratégica más amplia que busca posicionar a Atacama como un eje de desarrollo y conectividad. Rodrigo Illanes Naranjo Delegado Presidencial Regional de Atacama
Durante décadas, los pasos fronterizos han sido mucho más que simples puntos de tránsito. Representan puentes hacia nuevas oportunidades, lazos de cooperación internacional y motores esenciales para el desarrollo económico y social de nuestras comunidades. En Atacama, el Paso San Francisco y el Paso Pircas Negras son ejemplos claros de este potencial, conectando nuestra región con Argentina y facilitando el comercio, el turismo y la integración binacional. Entendiendo esta relevancia, el pasado 20 de enero comenzó la puesta en marcha de la apertura del Paso San Francisco cinco días a la semana, de lunes a viernes. Este esfuerzo no solo responde a las necesidades del sector productivo y turístico, sino que marca un avance concreto en nuestro compromiso por fortalecer la conectividad internacional de Atacama. Nuestro objetivo es claro: fortalecer la gestión de los pasos fronterizos de la región de Atacama. Esto permitirá que las empresas exportadoras, los transportistas y los viajeros puedan planificar con mayor certeza sus actividades, impulsando así el crecimiento económico y el intercambio cultural. Una apertura permanente del paso implica un impulso significativo para las economías locales, generando empleo y oportunidades en sectores como el transporte, el hotelería y el comercio. Los pasos fronterizos no son solo corredores físicos; son símbolos de integración y desarrollo. Al facilitar el intercambio de bienes y servicios, se fomenta la competitividad de nuestras empresas, permitiendo que Atacama no solo sea un punto de tránsito, sino también un centro estratégico de distribución y exportación. En este sentido, el Paso San Francisco tiene el potencial de convertirse en una de las principales vías de conexión con el Corredor Bioceánico, abriendo la puerta a los mercados del Atlántico y Pacífico, y fortaleciendo el rol de nuestra región en el comercio internacional. Además, la apertura sostenida del paso tiene un impacto directo en el sector turístico. Atacama cuenta con paisajes únicos, como el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, la Laguna Verde y la majestuosa Cordillera de Los Andes. Facilitar el acceso a turistas argentinos y de otras nacionalidades contribuirá al desarrollo del turismo de montaña y aventura, sectores con un enorme potencial de crecimiento. La colaboración con nuestros vecinos argentinos es clave en este proceso. La coordinación y el trabajo conjunto permitirán establecer protocolos eficientes de tránsito y seguridad, optimizando el flujo de personas y mercancías. La cooperación binacional fortalece no solo las relaciones comerciales, sino también los lazos culturales y sociales entre nuestras comunidades. Por otro lado, la apertura del Paso San Francisco no está exenta de desafíos. Las condiciones climáticas extremas, propias de la alta montaña, demandan inversiones constantes en infraestructura y mantenimiento. La seguridad vial, la habilitación de servicios y el desarrollo de puntos de apoyo a lo largo del trayecto son fundamentales para garantizar una experiencia segura y eficiente para todos los usuarios. El Gobierno de Chile está comprometido con estas tareas, y como Delegado Presidencial de Atacama, asumo la responsabilidad de liderar este proceso, asegurando que cada paso dado esté orientado al beneficio de nuestra región y sus habitantes. La apertura continua del paso es parte de una visión estratégica más amplia que busca posicionar a Atacama como un eje de desarrollo y conectividad. Rodrigo Illanes Naranjo Delegado Presidencial Regional de Atacama