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Estado de emergencia en Japón: Qué implica la decisión tomada para combatir la pandemia a tres meses de los JJ.OO.

Aunque los colegios se mantendrán abiertos, la medida que estará vigente 17 días implica que los gobernadores de las prefecturas pueden ordenar el cierre del comercio.

Japón declaró hoy estado de emergencia para intentar frenar la nueva ola de covid-19 en el país, la tercera desde que comenzó la pandemia. Las medidas tomadas en algunas zonas del territorio, incluyendo Tokio, por el momento no han sido suficientes para bajar la curva de infecciones ante una nueva variante más contagiosa del virus. Esta es una mirada a cómo esta medida se diferencia del estado de emergencia decretado anteriormente, qué implicancias tiene y si Japón puede controlar los contagios antes de los Juegos Olímpicos programados para julio.

Japón, con unos 550.000 casos y menos de 10.000 fallecidos, está bastante mejor que buena parte del resto del mundo, aunque no tan bien comparado con otros países de Asia. Por ahora, las autoridades no han impuesto confinamientos totales. Los contagios bajaron por un breve lapso en marzo, pero desde entonces han resurgido hasta cinco veces más, superando los 5.000 el miércoles. Expertos han advertido que una nueva variante del virus, detectada anteriormente en el Reino Unido, está diseminándose rápidamente entre la gente joven en oficinas y salas de clases, causando más casos severos, estresando a los hospitales e interrumpiendo los cuidados médicos habituales. El testeo se mantiene en niveles insuficientes, pese a llamados por elevar el número para nuevas variantes en hogares de adultos mayores y entre la población joven.

El nuevo estado de emergencia afecta a Tokio y a las metrópolis de Osaka, Kyoto y Hyogo, que reúnen alrededor de un cuarto de la población de Japón de 126 millones. El período de emergencia de 17 días comienza este domingo y dura hasta el 1 de mayo, justo al terminar la principal semana de viajes por vacaciones en el país, como forma de desincentivar los traslados. El término de este período, que ocurre antes de la visita del presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, agendada para mediados de mayo, ha significado críticas hacia el gobierno de Yoshihide Suga, porque estaría poniendo los JJ.OO. por delante de la salud de las personas.

Las medidas de emergencia se tornaron más severas con una ley revisada en febrero, con lo que ahora el estado de emergencia permite a los gobernadores de las prefecturas a emitir órdenes obligatorias a negocios, para que reduzcan sus horarios de funcionamiento, o derechamente para cerrar a cambio de una compensación diaria de 200.000 yenes (unos 1.850 dólares), al mismo tiempo que imponen multas de hasta 300.000 yenes (2.780 dólares) para quienes infrinjan las normas.

Tiendas, malls, parques de diversiones, bares y restaurantes que sirven alcohol, además de teatros y museos, se mantendrán cerrados. A los restaurantes que no sirvan alcohol y los servicios de transporte público, se les pedirá que funcionen con horarios reducidos. Las tiendas de abastecimiento y colegios se mantendrán abiertos, pero a las universidades se les ha solicitado volver a clases en línea. La tercera emergencia es similar a la primera que se decretó hace un año, pero es más severa que la segunda, que ocurrió en enero, y que se limitaba a solicitar el cierre a las 20:00 horas de bares y restaurantes.

¿La población respetará las medidas? Las autoridades solicitan a las personas no salir por cosas no esenciales, que trabajen desde casa y que mantengan firmes prácticas de seguridad como el uso de mascarillas o otras medidas, pero ninguna de estas solicitudes son obligatorias. Los expertos están preocupados de si las personas seguirán las recomendaciones, ya que muchas de ellas están cansadas de las medidas que se han tomado y se muestran menos cooperativas, por lo que en gran parte han ignorado las peticiones de distanciamiento social en Tokio, Osaka y otras áreas durante este mes.

La campaña de Japón se encuentra más atrasada que muchos otros países, con un stock limitado de vacunas importadas. Los intentos japoneses de desarrollar sus propias vacunas aún se encuentran en etapas tempranas de desarrollo. Las inoculaciones comenzaron a mediados de febrero y por ahora tienen una cobertura cercana al 1% de la población. El rápido aumento de los ingresos hospitalarios ha elevado los temores de una mayor carencia de personal y desaceleración de la campaña de vacunas. Algunas altas autoridades han mencionado que los Juegos Olímpicos podrían desarrollarse sin público, o incluso ser cancelados en el peor de los escenarios. Los organizadores del evento han postergado hasta junio su decisión sobre la presencia de espectadores en la distintas disciplinas de los JJ.OO.

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