Diputado Mulet ante las declaraciones del presidente de la SONAMI, señor Jorge Riesco, publicadas hoy en el diario Chañarcillo
La ENAMI, es una empresa especial, creada por ley, dado que antes de su existencia, y de la de su
antecesora -la Caja de Crédito Minero y la Empresa Nacional de Fundiciones- el mercado de la compra y
venta de minerales de pequeños mineros era abusivo, inestable e impedía el desarrollo de esta importante actividad económica. Había un pequeño grupo de empresas extranjeras oligopsónicas que compraban minerales de alta ley cuando querían y al precio que querían. Siendo una actividad tan relevante, el Estado intervino, tal como lo hizo en otras actividades industriales y en la agricultura.
El directorio de ENAMI, integrado en parte por los representantes de la SONAMI y del Instituto de
Ingenieros de Chile, tiene un sentido, que es representar los intereses de la pequeña y mediana minería
conforme al objeto social de la ENAMI. Las palabras de Jorge Riesco de eximir de responsabilidades a
los directores nombrados por la SONAMI, son el mejor argumento para que ésta no sea parte del
directorio. Con sus argumentos no deberían estar allí y les da la razón a quienes sostienen que deben salir.
Olvida que ENAMI tiene una regulación propia, única, específica. Y, si bien tiene las obligaciones propias
de todas las empresas del Estado, está sujeta en materia de presupuesto, inversiones y finanzas a las leyes
N° 18.196 y 18.482 y al Decreto Ley N° 1.263 de 1975, por lo que sus directores(as), como todos los
directores de empresas, deben actuar conforme al interés social, cumplir normas de probidad y
,especialmente, deben preocuparse de los fines específicos de la compañía y dar cumplimiento a su objeto social: “fomentar la explotación y beneficio de toda clase de minerales existentes en el país, producirlos, concentrarlos, fundirlos, refinarlos e industrializarlos, comerciar con ellos o con artículos o mercaderías destinados a la industria minera, como igualmente, realizar y desarrollar actividades relacionadas con la minería y prestar servicios en favor de dicha industria”. Dejar a la compañía sin seguridad de mantener su capacidad de fundición y/o refinación es no cumplir el objeto social.
Es de público conocimiento que la empresa ha tomado malas decisiones en los últimos años y que en el
Gobierno anterior y a principios de este, no se avanzó en el Proyecto de modernización que implica el
reemplazo de Paipote, perdiéndose al menos 5 valiosos años donde podría estar ya funcionando o en
construcción la nueva fundición. ¿Dónde estaban los directores de la SONAMI? ¿Consintieron en esas
postergaciones del plan de modernización que da cuenta don Jorge Riesco o se opusieron y dejaron
testimonio de ello?
Son los pequeños mineros de este país los que impulsaron la CACREMI, la Empresa Nacional de
Fundiciones y luego ENAMI, siempre agrupados en la SONAMI, cuyos antiguos dirigentes fueron
determinantes en el desarrollo exitoso de la compañía.
Para finalizar, invito a don Jorge Riesgo a que la SONAMI se pronuncie con claridad como gremio
respecto a si está en sintonía con el clamor de prácticamente todas las asociaciones mineras, quienes
consideran que el cierre anticipado de FHVL en Paipote, sin seguridad de una nueva fundición, daña y
arriesga duramente su actividad.
J