Juntas de Vecinos manifestaron que además la inseguridad complica si es que se ven obligados a bajar en el Terrapuerto ubicado en el acceso sur de la capital regional.
Un alza considerable en los costos de traslado e inseguridad, son dos de las preocupaciones que tienen los habitantes de las localidades rurales ubicadas al norte de Copiapó si es que definitivamente se prohíbe el ingreso de los buses al
terminal ubicado en la calle Buena Esperanza y se les obliga llegar al Terrapuerto ubicado en la salida sur de la capital regional.
Los residentes de San Pedro, Piedra Colgada, Hacienda Margarita, Dos Hermanas,Toledo, La Copa, Valle Fértil y parcelas aledañas, no ven con buenos ojos que las máquinas que día a día los trasladan a sus lugares de trabajo,
estudios y al centro de la capital regional para realizar compras y trámites, no puedan llegar al lugar habitual y deban bajar en el Terrapuerto como lo pretende la gobernación regional, resolución que en la actualidad se analiza en la Corte de Apelaciones de Copiapó.
“Para toda nuestra comunidad que habitualmente utiliza los buses para llegar a Copiapó, es un tremendo problema y nos perjudica mucho”, dijo Gilian Pizarro, presidenta de la Junta de Vecinos de la hacienda San Pedro, localidad ubicada a 24 kilómetros al norte de la capital regional, organización que agrupa a más de 250 personas que residen en el sector.
Otro tema que complica es el bus que sale desde Caldera y que en el camino recoge pasajeros que van al Hospital Regional “San José del Carmen”. Si se prohíbe el ingreso de los buses al perímetro y deben bajar en el Terrapuerto,
aumentará considerablemente los costos. “Hay un bus que todos los días lleva personas al hospital, y si no le permiten que llegue hasta ahí todos tendrían que pagar dos locomociones adicionales de ida y vuelta por persona cada vez que vayan ya que no hay colectivos desde ahí al centro asistencial. Todo eso sin considerar los tiempos de traslado”, agregó la dirigente vecinal.
Las personas que viven en San Pedro deben pagar 4 mil pesos diarios para ir y volver en bus, cifra que aumentaría en 4 mil más para cancelar el pasaje en colectivo, es decir, eso implicaría aumentar a 40 mil pesos semanales solo para
movilizarse. La otra alternativa sería caminar por la carretera hacia el centro, con los consiguientes peligros que eso implica por el tránsito y la inseguridad que existe en el sector.
En el caso de los estudiantes que a diario se desplazan hacia escuelas, liceos, institutos y universidades, si bien el pasaje en bus es rebajado a 500 pesos, también tendrían que desembolsar dinero adicional para locomoción colectiva para salir del Terrapuerto con destino a sus establecimientos educativos.
La directiva precisó que no han tenido la ocasión de dialogar y ser escuchados por la autoridad de gobierno. “En marzo tuvimos una reunión con el gobernador pero se conversaron otros temas, le solicitamos tratar el tema de los buses pero no hemos tenido respuesta. Nosotros queremos expresar la incomodidad, los costos y la inseguridad que tendremos todos si nos tenemos que bajar en el Terrapuerto”, agregó la presidenta de la junta de vecinos.
“Peor es para las personas que viajan a diario de Caldera, ya que ellos pagan más de 3 mil pesos. Sin contar el otro problema que significa el tiempo que habría que esperar por un colectivo desde el terminal hacia el centro ya que vienen llenos de El Palomar y quedar sujetos además a la voluntad que no todos los conductores
tienen, ya que no están llegando hasta el Terrapuerto si no que uno debe bajarse en la entrada a Rosario. Es muy peligroso caminar por la orilla de la carretera. Aquí el gobernador y ninguna autoridad le preguntó a las personas que viven por acá por los inconvenientes que nos iba a generar no poder bajarnos en el terminal del centro”, dijo.
Lo mismo apuntó Luis Acuña, presidente de la Agrupación de Agricultores, Crianceros y Parceleros Sectores Bajos. “La medida que pretende aplicar la gobernación no cayó nada bien entre los que vivimos por acá. No todos ocupan
las micros que reciben subvención, si no que la mayoría utiliza los buses que vienen de Caldera. Nos van a obligar a bajarnos en un terminal que está absolutamente lejos. No se consideró los costos adicionales que implica para
nosotros los que vivimos en zonas rurales. Llegar como hasta ahora nos permite ir a comprar, hacer trámites y volver, pero si nos bajan al ortro lado de la ciudad hay que tomar uno o dos colectivos todos los días. Sin contar que quedamos expuestos a accidentes, a ser asaltados, no hay iluminación, la vía es estrecha, no hay veredas. El riesgo está y muchos, por ahorrarse unos pesos, van a tener que caminar y exponerse a que le pueda suceder cualquier cosa”.
Indicó que han intentado dialogar con el gobernador Miguel Vargas, pero que no han obtenido respuesta. “Le manifestamos que esta situación iba a generar problemas para todas las personas que viajan desde Caldera y que en el camino suben, y lo único que se nos dijo en su momento es que el tema estaba en estudio”.
Hay que considerar que las micros que cubren el tramo entre Copiapó y Serranía Poblete, ubicada a unos 35 kilómetros al norte de la comuna, tiene solo tres frecuencias diariamente.