Violencia en Establecimientos Educacionales: Situaciones que lamentablemente se han vuelto recurrentes en Atacama
- Desde que se iniciaron las clases en marzo de este año, una serie de hechos violentos han acontecido en diversos establecimientos educacionales del país y de la región. En Atacama, hemos podido observar e informar riñas dentro y fuera de los colegios, venta de droga, uso de armas blanca y de fuego y más de alguna suspensión de estudiantes y de clases para poder efectuar jornadas de reflexión.
- El pasado jueves un hecho de violencia aconteció en el Liceo Federico Varela de Chañaral, que generó el traslado de una alumna al Hospital regional de Copiapó. La familia de la joven de 15 años presentó una denuncia en la PDI de Chañaral y en la Superintendencia de Educación. Además entregó una carta al Seremi de Educación, solicitando la investigación a este caso.
Durante esta semana se cumplen dos meses del inicio oficial de clases presenciales en todo el país, y por supuesto en la región de Atacama. Un comienzo, que lamentablemente ha estado marcado por dos hechos puntuales, en primer lugar, el retraso de trabajos, la falta de infraestructura, entre otras problemáticas que han generado el retraso en el regreso de las y los estudiantes y que, incluso, trajo consigo la suspensión del director ejecutivo del Servicio Local de Educación Pública, SLEP Atacama, Carlos Pérez. Como segundo punto, el desarrollo de una serie de hechos violentos, tanto al interior como al exterior de diversos establecimientos educacionales, donde estudiantes, apoderados y personas ajenas del establecimiento educacional han sido protagonistas de este tipo de acciones.
Caso de Violencia en el Liceo Federico Varela de Chañaral
El pasado jueves 28 de abril, uno de los últimos hechos de violencia en un establecimiento educacional, se vivió en la comuna de Chañaral, específicamente en el Liceo Federico Varela, donde al término de la jornada escolar, cuando se retiraban los estudiantes, según el comunicado público del establecimiento educacional, dos personas adultas que no son apoderadas, ingresaron de forma abrupta, generando lesiones físicas y emocionales, no solo entre ellas, sino que también en los funcionarios y estudiantes. En la declaración se agrega que “como corresponde y como lo hemos hecho siempre, se llamó a Carabineros, quienes realizaron las diligencias pertinentes en base a las declaraciones y apoyo de las imágenes que quedaron registradas en nuestras cámaras de seguridad. Por nuestra parte, se procede a la suspensión de los estudiantes, que es lo que legalmente podemos hacer”.
“Bien sabe la comunidad que este no es el primer hecho de violencia protagonizado por algunos jóvenes y que, además, es una situación que están viviendo muchos establecimientos educacionales del país. Agregar que no se trata solo de riñas entre estudiantes, sino que diariamente debemos lidiar con jóvenes que no tienen ninguna intención de asistir al establecimiento a estudiar o aprender (…), se equivocan profundamente y no tienen argumentos sólidos quienes culpan a los establecimientos educacionales de la creciente violencia, pues bien sabemos todos que la responsabilidad principal está en el hogar, en los adultos que tienen a cargo a niñas/os y adolescentes”, finaliza el comunicado.
En relación con este hecho, al día siguiente y tras la decisión de paralizar las labores el viernes 29 de abril, parte de la comunidad educativa, realizó una jornada de reflexión y una marcha por la comuna de Chañaral, como forma de visibilizar esta problemática.
Denuncia en la PDI, EN LA Superintendencia de Educación y carta al Seremi
Si bien en el comunicado, se informa de una riña entre dos personas ajenas al establecimiento educacional, no se refiere a un hecho de violencia al interior del establecimiento, entre dos alumnas. Como departamento de prensa, conversamos con la hermana de una de estas estudiantes, de quien reservaremos su identidad, la que nos comentó que “la situación se inició debido a que un grupo de estudiantes realizó bombas de humo al interior de la sala y en ese momento comenzó una pelea, donde mi hermana de 15 años, quien cursa segundo año medio, resultó con lesiones, debido a múltiples golpes en su cabeza. Es más, al momento de estar en la reja para salir del Liceo, ella se desmaya, y es derivada al Hospital de Chañaral y posteriormente, es trasladada al Hospital regional en Copiapó, donde estuvo parte del jueves y viernes”.
“El Liceo no está diciendo todo lo que pasó, incluso en el reporte al hospital, donde se debe colocar la circunstancia del accidente, cómo ocurrió y/o la causal, escriben: alumna se descompensa y luego se desmaya en sector portería del Liceo, luego se golpea la cabeza en el suelo. Nada más, no informan que fue por golpes de otra alumna dentro del establecimiento, que fue agredida. Mi hermana es operada de craneosinostosis, por lo que ella tiene placas en su cabeza y el establecimiento estaba al tanto de esta situación y hasta ahora (sábado 30 de abril) no se ha acercado ni siquiera a preguntar cómo está mi hermana”, apuntó.
En este sentido, durante la jornada de este lunes 2 de mayo, la familia de la estudiante de 15 años presentó una denuncia en la Superintendencia de Educación, con el fin que se investigue el cumplimiento del protocolo existente. A lo anterior, se une la denuncia efectuada en la unidad de la PDI de Chañaral y una carta enviada por la madre de la alumna al seremi de Educación, Gabriel González Guerra, con fecha 29 de abril, en la que informa lo sucedido y solicita su intervención en este caso, en la que asegura que el Liceo pasó por alto este grave hecho.
Tratamos de comunicarnos con la dirección del Liceo Federico Varela, tanto vía Teléfono como correos, los que están informados en su página web, pero al cierre de este reportaje no logramos tener su versión.
¿Qué se puede hacer?
Sobre estos hechos de violencia que acontecido en varios establecimientos educacionales en la región de Atacama, conversamos con Paula Aceituno, quien es la Presidenta del Comité Directivo del SLEP Atacama, quien nos comentó al respecto que “como Comité directivo estas situaciones no nos deja indiferente, sino que muy por el contrario, nosotros nos hemos sumado a la misma causa que está promoviendo la Dirección de Educación Pública, que es tratar los hechos de violencia en los establecimientos educacionales a través de la agresión o intimidación, abordándolos como un tri componente, es decir, desde la vereda del estudiante, desde la vereda de los apoderados y desde la vereda del el cuerpo docente, asistentes de la educación y profesionales de la educación y, esto es requerido para poder hacernos frente a una situación que es difícil de abordar y que requiere la participación de todas y todos”.
“Lo importante es que los apoderados y apoderadas se sienten a conversar sobre estos temas con sus hijos, es necesario hablar de la violencia, es totalmente necesario que se cambien las conductas de relación entre los padres, madres y apoderados con sus hijos, necesitamos instaurar un trato respetuoso, cariñoso y dialogante, que sea un aporte para la formación integral del estudiante y por supuesto generar un espacio de confianza para conversar de estos temas. Por su parte, las y los docentes y la comunidad educativa en general, requiere contar con herramientas para poder prevenir y resolver estos casos de agresión en los establecimientos”, manifestó.
Por último, la presidenta del Comi´te Directivo del SLEP, informó que “aquí lo que vemos es que no impera por supuesto el diálogo, sino por el contrario es la violencia y en consecuencia la falta de apoyo para poder orientar a las y los estudiantes, a nuestras y nuestros hijos y poder responsabilizarnos también. Hay una escasa comunicación entre los padres e hijos, entre los estudiantes, en el ámbito emocional que se plasman en la incapacidad de contar con herramientas para resolver los conflictos y falta de madurez emocional y por supuesto, hay algo que hay que poner sobre la mesa, el historial de maltrato”.
En tanto, Dany Mena, quien es representante de los apoderados ante el Comité Directivo Local del SLEP, señaló sobre este tema que “como padres y apoderados nos preocupa la situación de violencia que se está viviendo hoy en los establecimientos educacionales, toda vez que genera una situación de indefensión, de preocupación de las comunidades, ya que esta violencia no solamente ataca al exterior de las comunidades educativas, sino que también se está instalando en el interior de los establecimientos. Creo que no se abordó de una manera óptima el retorno a clases después de dos años en donde los jóvenes, sin duda, sufrieron ciberbullying, donde detrás de una cámara es fácil hablar, molestar, pero una vez que toca enfrentarse, nos toca vivir esta situación”.
“Nosotros en algunas comunidades lo hemos conversado y el mayor problema es que nadie quiere hacerse cargo por las posibles represalias que puedan pasar, y que hoy en día cada vez son más violentas, no obstante, el primer foco que se tiene que abordar es la familia, que es donde nace la primera educación, la primera formación. A veces las familias, quieren descansar en los establecimientos educacionales, pensando que la labor de enseñar está en los establecimientos. En las familias se debe conversar sobre el tema, estar pendientes de las redes sociales de sus hijos, saber con quienes interactúan. Posteriormente, en los establecimientos, a través de talleres de formación, de relaciones interpersonales y finalmente, en los equipos directivos de los establecimientos, profesores, asistentes de la educación, que toman conocimientos de situaciones puntuales, ir focalizando y hacer la denuncia respectiva, hacerse cargo como funcionario público”, añadió.
Por último, Kevin Cañas, representante de las Alcaldías ante el Comité local de Educación, indicó que “creo que hay que asumir que existe un problema de violencia social arraigada, que nuestros niños están replicando en sus colegios y hacia sus pares. Después de dos años de confinamiento no podemos pedir a nuestros estudiantes que asuman una normalidad que fue quebrantada. Los episodios de Bullying y de violencia escolar que lamentablemente hemos conocido nos debe invitar a reflexionar, para darle prioridad al estado emocional de nuestros niños y jóvenes, junto a la entrega de contenidos. Como padres tenemos el deber de entregar valores y contención emocional, para que juntos podamos bajar los niveles de violencia. Combatir la violencia y el bullying es tarea de todos”.
Datos SLEP sobre Bullying, CiberBullying y Violencia:
- Un 12% de los estudiantes de básica, indica haber sido víctima de ciberbullying a través de mensajes, fotos, o videos crueles e hirientes en internet o redes sociales al menos una vez en los últimos dos meses.
- En educación media un 29% de los estudiantes indica haber sido víctima de ciberbullying por lo menos una vez en los últimos dos meses.
- Un 79% de los apoderados dice que su hijo/a no ha realizado ciberbullying
- Más de la mitad de los estudiantes de media que reportan haber sufrido de ciberbullying no le contaron a nadie de esta situación.
- Dentro de los estudiantes que dicen haberle contado a alguien, un 46% lo hace a los padres y los amigos y un 16% a profesores u otro adulto del colegio.
- Sobre el 70% de los estudiantes de enseñanza básica y media declara que en su colegio no saben a qué adulto contarle sobre situaciones de ciberbullying para recibir ayuda.
- Un 86% de los funcionarios de comunidades educativas indican que el establecimiento no se toman acciones para prevenir casos de ciberbullying y se considera que es un fenómeno más bien propio de la esfera privada de la vida de los estudiantes.
- En básica se observa que los principales actores reconocidos como victimarios son estudiantes del mismo curso (33%), estudiantes de otro colegio (22%) y en menor medida estudiantes de cursos mayores (12%) y estudiantes de otro curso del mismo nivel (12%). Cabe destacar que un 36% de los estudiantes reporta no saber quién ha sido su agresor.
- En media, por su parte, se indica similarmente que la violencia proviene de estudiantes de otro colegio (23%) y en menor medida compañeros del mismo curso (13%), aumentando considerablemente a 49% quienes indican no saber quién ha sido su agresor.